Oremos.

Desde la secundaria he estado en escuelas religiosas, ¿por qué? no sé, por ninguna razón en especial.
Y a pesar de estar en escuelas católicas y que en la secundaria me hicieran rezar en angelus diario a las 12 del día, tuviera una materia llamada "formación" donde teníamos que aprender sobre la biblia y esas cosas, no soy católica.


Ni siquiera sé qué soy ni en qué creo.. exacto, ¿en qué creer? ¿por qué creer en algo? ¿quién inventó todo esto?
Probablemente las religiones sean un invento de alguien muy inteligente que vio la manera de controlar a las masas y ganar dinero de una manera muy simple, escribió un libro que ahora es Best Seller, y creó normas sociales, morales o lo que sea, y nos hizo creer que portándonos bien llegaríamos a la gracia eterna y si no, nos pudriríamos en el infierno junto a Kurt Cobain y Aristóteles..carajo quiero irme al infierno.


O tal vez las religiones son la copia de la copia de la copia de otra religión que tal vez o tal vez no fue verdadera, o tal vez sí existió pero fue eliminada por los aliens y ellos mismos crearon la chantajista biblia, o tal vez los aliens son Dios, o tal vez son los zombies, no sé. (Todo lo dicho anteriormente fue sin intenciones de ofender etcétera, etcétera; o tal vez sí).


Definitivamente esto de las religiones es un tema muy complejo, la gente se pone muy a la defensiva con estos temas, parece como si los estuvieras amenazando de muerte cuando difieres a su opinión religiosa; sólo son puntos de vista, si al otro no le parece, sinceramente no es tu problema.
Existen tantas religiones y sectas diferentes que no se sabe si es que hay alguna verdadera, pero ¿por qué habría de haberla?, supongo que mientras sea algo que te interese y en lo que creas, no importa mucho si existe o no.


Then again, hay religiones que se me hacen una estupidez (es sólo mi opinión) y sí se aprovechan de la fe ciega de la gente.
Hace unos días vi un documental muy interesante que toca el tema de las religiones, se llama Zeitgeist y lo recomiendo, ja. Sólo por eso de abrir los ojos y aclarar dudas...

Compilado

Es posible q haya hecho trampa.
Pero nadie lo sabe. ¿ok?

La majestuosa esfinge que me visitó alguna vez en mis sueños será la custodia de nuestro pequeño pedacito de existencia.
Ella llegó hace mucho, yo no tenía entonces conciencia.
Esfinge, ¿dónde estás? ¿Cuándo volverás a hablarme?
Me ofreciste tu amistad antes de desaparecer tras el telón de ese teatro, era un sueño del que no podía despertar.
El laberinto de butacas y fragmentos de techo me obstruían el paso a la salida. La tierra temblaba furiosa y tú sólo reías, amiga esfinge.
¿Que hacías tú en lugar de la pantalla?
Corrí por muchos pasillos oscuros, con cortinas rojas a medio romper.
Afuera todo era un dibujo. Una guerra, tanques acorazados lanzando cañonazos hacia edificios a medio colorear.
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No recuerdo cómo lo supe, pero lo supe. Te vi de lejos.
Mis manos tocaron la madera del establecimiento y me asomé por la ventana.
Dentro se encontraban personas adormiladas a causa de una suave música y el sonido de la vajilla chocando contra las piezas de metal, charlando supongo, aunque la imagen estaba congelada.
Manos con las copas llenas, brindando; sonrisas fingidas, coquetas, bobas, espeluznantes, sarcásticas, a la moda, y anticuadas. Coctail de dientes, encías, labios y lenguas.
"Spliiiiit, blop, blop, blop, glup!"Líquidos chocando en las paredes de cristal yla medialuz.
¿Y tú?
Nada, fuera de mi alcance, pero no iba a rendirme; repito: yo supe que te encontraría allí. Te sentía demasiado cerca para dar media vuelta y marcharme.
Despegué primero un ojo y luego el otro y alejé la nariz del vaho que se había quedado pegosteado en el vidrio de la ventana, di la vuelta en la esquina y me paré frente a otra ventana, una que tenía cortinas blancas.
Me puse de rodillas, no me importó sentir la nieve cortando la piel o arrancando quejidos a un conjunto de huesos quisquillosos que hacía unos cuantos años acababan de ser puestos en fila por la fuerza.
Recé para que no vieras el par de ojos vidriosos que escudriñaban el techo, las paredes, las mesas y quemaba con la mirada los cuadros surrealistas que reposaban en alto, tras los clientes. Te busqué con frenesí y te encontré bajo un árbol amarillo.
No me viste, tenías la cabeza gacha, los dedos entrecruzados con las palmas hacia arriba y los antebrazos sobre las rodillas. Arqueabas las cejas pero no quise mirar si estabas con alguien.

Corrí hacia la sección de la madera fuera del local donde reposabas tu espalda, apoyé en la superficie áspera mi cabeza, y dejé libres mis oidos y mi corazón para poder escucharte.
Te sentí removerte en el asiento, creo que sabías que yo estaba allí, pero por mucho que mirases por la ventana no me encontrarías jamás.
Gracias a Dios soy compacta.
Te abracé a través de la pared, y besé mil veces tus mejillas, pasé un dedo helado por tu nariz (y me tardé un tanto en terminarde recorrerla del entrecejo a la punta), y te miré a los ojos. Seguían tan oscuros como siempre, pero no me mirabas a mí, sino a través de mi nuca.
Respiré sobre tu clavícula; mi mente me hizo el favor de traer hasta mi el recuerdo de tu loción, bueno, solo de una de ellas. Te recuerdo mínimo tres aromas distintos, pero a través de todos ellos siempre estuvo tu propio pefume, y también lo tuve para mi.

Todo cesó de pronto, las luces de mis ojos se apagaron, te habías marchado, te despegaste de la pared, seguramente para salir por la puerta principal.
Giré la cabeza llena de pánico, el cabello lleno de escarcha se adhirió a mis mejillas. Me puse en pie y caminé hacia atrás del estblecimiento, no había más construcciones alrededor, solo esa pequeña casita de madera.
Tenía miedo.
Caminé cada vez más rápido con la imagen de tu cabello negro y tu flequillo largo enmarcando tu nariz y la expresión de ingenuidad que jamás podrás borrar de tu rostro, misma que siempre me impidió mirarte a ratos como la bestia que te empeñas en demostrar ser.
Yo maldije tu nombre cada tarde que me vi en soledad, pero cada noche he rezado como una condenada en su última madrugada; he rezado por ti, por tu felicidad, por que tu alma vuelva a ser tuya algún dia, y por que el Universo en su infinita grandeza te aleje de aquel demonio que te hizo perderte, y que te hizo creer que cada puerta puede ser una celda, quien te puso esos ojos lo pagará caro.
Y mis lágrimas cayeron en la nieve y tiñeron de rojo la campanilla que más tarde se abrió paso entre el hielo y asomó su campana al sol de las tardes de invierno.
Si oscurecía no lo noté, todo tenía "el tinte azul de los sueños", para variar.
Entonces te ví encogerte a lo lejos y comenzar la cacería, corriste hacia mí gritándome con ternura, casi con verdadera desesperación y alegría; como con aquella persona querida que vuelve de un largo viaje al extranjero, y sin quien te habías estado sintiendo más vacío que un pez de colores en un pantano.
No pude evitarlo, es natural, no necesito explicarme ni disculparme. Corrí hacia tí llorando de felicidad, tragándome el aire a kilolitros y cubriéndome por entero de blanco al partir por la mitad las dunas de nieve con las piernas. Me sentía disolver en el frío y por un momento el cielo, la nieve, el aire y yo éramos una sola cosa.
¡Parecías de verdad tan contento de verme!
Pero de pronto recordé las promesas que me hice a mi mima, mismas que ahora reconozco muy por encima de cualquier voto pronunciado para y por ti.
Tomé conciencia de que cuando llegara a tu lado me arrancarías el alma de un trozo. Te ví, con tus ojos negros como lentes de microscopio sin diafragma; vi tu figura esbelta cerca, muy cerca, demasiado cerca, intolerablemente cerca, por que mis piernas no se detenían. Pero entonces, movida por el instinto giré, y lo hice tan bruscamente que a poco estuve de hacerme un sepulcro entre el blanco, de tan enterrada en la nieve después del remolino que provoqué con los pies.
Corrí apretando los ojos para no mirar en qué direccion, desee ser menos que humo y no me detuve a ver si me seguías, ni a escuchar si me llamabas. Solo me alejé de allí con el rostro del ente nublándome el pensamiento, el ente cuyo cuerpo está compuesto de varios rostros y cuerpos femeninos, sólo rostros, sin alma ni esencia.
Tú buscaste al ente para llenarte el vacío.
Pobre de ti, podría decir lo mismo de mi, pero ya no más.
Y afuera la ciudad comienza a respirar, y la nieve tiene urdimbre.

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Sólo estabamos él y yo sentados en cualquier banca de cualquier parque.
No había viento y el sol parecía tener una pantalla polarizada. No se escuchaba ni el ruido de la ciudad, ni el bullicio de los oasis parquecinos donde los árboles contienen a duras penas las emisiones de smogg y te hacen creer que el mundo gris de allá afuera está bastante lejos.
Todo se veía tan falso que parecía un escenario virtual.
Yo traía puesto el vestido color crema con flores con el que mi madre me arrullaba cuando era pequeñita.
Mi niño tenía los ojos claros, los labios llenos, una nariz larga y redonda en la punta, el pelito negro y cejitas de arco.

De pronto vi a la pareja caminar hacia nosotros por el corredor, lo reconocí a él y sabía quién era ella para él, y entonces supe que todo terminaría para mi.

Él me saludó con indiferencia y preguntó por el niño.
No le dije nada ¿Qué mas daba ya?

Él la tenía a ella y era feliz, en cambio yo iba a salir sobrando como siempre y a cada rato.
Lo miré entonces, y utilicé mis ojos como un pánel y escribí en ellos, esperando que supiera adivinar.
Cuando el hombre preguntó su nombre al niño ya no le quedó ninguna duda.
Mis ojos ya estaban inundados.

-Pero ya no importa, - le dije- porque lo tengo a él que tiene la misma forma de tus ojos, tu boca, tu sonrisa. Y tu sangre que ahora me amará para siempre.

El niño miró a su padre y sonrió.
Yo no podía contener el llanto, hasta que me encontré atragantándome con una de las esquinas de la funda de la almohada.

Ahora traigo ojeras y el alma pesada.

____

Dream On!

<<¿Quién serás esta noche en el oscuro
sueño, del otro lado de su muro?>>

Jorge Luis Borges

Un sueño es una ambivalencia abastracta de lo que tememos y deseamos, representado por imágenes de nuestras vivencias diarias.

En los sueños tienes oportunidad de realizar tus más íntimos deseos, de enfrentarte a tus peores miedos y de construir tu propio mundo. Esta variedad de posibilidades los hace impredecibles, me he ido a dormir muy triste y sueño cosas lindas, o viceversa.

Mi sueño suele ser interrumpido muy fácilmente, con que abran la puerta, prendan la luz (o la apaguen) o hagan cualquier ruido pequeño me despierto. Es curioso; puedo dormir con música, y de hecho, he llegado a pensar que influye directamente en lo que sueñas.

La vida es demasiado cruda como para aceptarla así, al menos en el sueño siempre encontraremos consuelo, porque en los sueños puedes volver a besar a aquella novia, o cumplir tu deseo secreto, o ganar el mundial de waterpolo; lo que sea puede suceder en un sueño.

Algo que nunca he acabado de comprender es eso de los sueños lúcidos, ¿realmente es posible controlar conscientemente tu sueño? En ese caso debo aprender, así podré ir a ver a Charlotte Gainsbourg y ser novio de Emma Watson.

El sueño nos consume, a veces no queremos otra cosa que dormir. Otras veces, nuestras preocupaciones nos roban el sueño; nos absorben.

En sueños, siempre en sueños, supongo que así es como tendré que resignarme a seguir besándote...

¿Por qué abrí la puerta?

Escuché el timbre y me asomé por la ventana, era la señora de la limpieza, había llegado temprano, apenas estaba amaneciendo; como por alguna extraña razón no había nadie más en casa, le abrí la puerta.
Se veía un poco pálida, casi gris, casi verde, ojerosa y torpe. Holy mother of giant pumpkins! era un maldito zombie!


Me paniqueé y corrí al cuarto de mi hermano, me encerré; buscaba algo con lo que pudiera matarla, una pistola, una daga, lo que fuera.
Lo mejor que encontré fue una silla, una silla de metal. "Meh, eso ha de funcionar" pensé.


Salí de la habitación, tratando de ser silenciosa y estar alerta, camine por el estudio, por la sala, siempre cargando la pesadísima silla. Entré a la cocina, y ahí estaba mi madre, recargada en la pared y con la mirada perdida; solté la silla y corrí hacia ella -"Madre ¿Qué sucede? ¿Estás bien? Tenemos que correr, hay un zombie aquí" le dije. Segundos después noté que tenía un cuchillo en su mano derecha, se puso detrás de mi, y abrazándome desde atrás puso el cuchillo en mi garganta.


-"Hija, no vale la pena vivir, no vale la pena seguir en este mundo, no vale la pena, suicídate conmigo, vamos, estaremos bien."
Sudando miedo grité, gritaba, lloraba, le suplicaba que no me matara, pero ella no escuchaba, seguía repitiendo las mismas palabras.


Después no recuerdo qué pasó, fue como si me hubiera desmayado, sólo recuerdo haber visto mi foto zombie, la que yo misma photoshopeé, la vi desde lejos, y me asusté.


[El relato anterior fue un sueño que mi mente debrayante produjo][Carajo, esto de los zombies se convierte en una obsesión]


¿Quién no ha tenido sueños así o hasta más raros?
Sueños donde volamos, saltamos, morimos, gritamos, huimos de un señor raro, tenemos sexo con sillas, no podemos correr rápido, nos volvemos azules, nos convertimos en moscas y esas cosas raras que sólo pasan cuando soñamos, pero aún así, dentro del mismo sueño juramos que es verdad.


He de admitir que sí, me gusta soñar, pero me parece ligeramente estúpido eso de "Descubrir tu futuro a través de los sueños" ¡Por Dios! ¿Por qué diablos un sueño te diría lo que te va a pasar mañana?
Eso ya suena a libro de autoayuda y optimismo, bah.


Creo que los sueños son sólo una revelación de tu subconsciente o tal vez sólo son nada, un buen entretenimiento para ti mismo en las noches y para que tengas algo bueno que contar al despertar.



Querida Lucía:

...
Hola!

No sé si tú podrás creerme lo que acaba de pasarme Lucía.
Me dormí ayer, y desperté hoy y parece que en una noche evolucioné hasta convertirme en una especie de alienígena bípeda, pluricelular, sistemática y todo lo demás.
Caminé hacia la escuela, como todos los días, buscando las miradas de las personas, pero parece que a las personas se les perdieron las miradas y las narices, y el resto de la cara en la pantalla de los celulares.
Miré mis bolsillos, y recordé que estaban vacíos salvo por el billete de veinte pesos con el que pensaba comprar el pasaje de regreso.
Hace tres días me asaltaron y me quitaron el celular, estoy incomunicado.
Te escribo esta carta porque tampoco tengo línea telefónica, (y tampoco internet, por consiguiente) espero que a ti no te moleste.
Es que déjame terminar de contarte:
Llegué a la escuela y busqué la cara de Luis Ángel, lo encontré pronto, estaba sentado en el rincón más alejado, opuesto al escritorio. Me acerqué a él pero no quiso mirarme, tenía la laptop sobre las rodillas y se reía en silencio. Pensé que estaba muy ocupado, y estaba dispuesto a retirarme de allí cuando sentí dos pinchazos en el hombro, me volví pronto para ver quién me llamaba pero no alcancé a ver a nadie, de inmediato sentí el impacto de una palma sobre mi pómulo derecho, el golpe me hizo girarme.
Cuando me recuperé de la impresión, volví a mirar.
¡Era Alejandra!, me había golpeado y se veía realmente furiosa conmigo.
Le pregunté la razón pero no quiso contestarme, era como si no diera crédito a mi pregunta. La acompañaba Carlina, que viendo mi cara de pasmado se acercó con gesto severo y me dijo: "¿Por qué le hiciste eso a Ale?"
Le dije la verdad: no recordaba haberle hecho nada. Y se lo juré.
Entonces Carolina sacó un papelito arrugado de su bolsa, y me lo entregó. Lo reconocí en seguida, era un dibujo de un gatito con las palabras "Ten un buen fin de semana Ale, te quiero amiga".
Yo seguía sin entender.
Seguí mirando a Carolina, pero ésta creyó que estaba burlándome y también se marchó, diciéndome por último que era "un fresco".
Corrí entonces a ver a Silvia, mi novia ¿recuerdas?, hoy es su cumpleaños.
Le compré un gran ramo de Astromelias y le escribí una tarjeta, fui a verla a su casa.
No quiero hacerte el cuento largo.
Silvia no quiso verme, me dijo Paco (su hermano) que estaba encerrada en su cuarto llorando y que había dejado dicho que no quería ver a nadie.
Yo me llevo bien con él así que le pedí de favor que me dijera si algo malo le había sucedido a ella, y él me dijo.
"Pues mira, yo no sé qué le habrás hecho, pero dice que no quiere verte, que te olvidaste de una fecha tan importante para ella, dice que siente que ya no la quieres, que nunca le pones atención. ¿Es cierto eso?

¡Pero Lucía! ¿Cómo va a ser eso cierto si a diario le hago un dibujo diferente, y lo dejo escondido entre sus cosas?
La llamo por teléfono, voy a verla por lo menos dos veces por semana.
No podía creerlo, de verdad que no podía.
Le dejé las flores y la tarjeta a Paco, y me dirigía hacia la puerta cuando un estruendo me hizo voltear.
Dos gatos hurgaban en los cubos de basura y uno de ellos, al querer saltar al siguiente cubo, se resbaló y golpeó al otro, que saltó y del impulso tiró abajo los cubos, que se destaparon y desparramaron la basura por el suelo del patio de la casa de Silvia. No quise mirar, pero creo que entre todos los desperdicios pude reconocer algunos de mis trazos.
Así que Silvia tiraba mis detalles, como si para ella no valieran nada.
Fui a mi casa y me dormí un rato. Había tenido un día suficientemente malo como para perderme en el sueño con la esperanza de que al despertar todo hubiese terminado.
Pero no fue así.
A las 7 de la noche me despertó el teléfono.
Era ella.
Primero me preguntó como estaba, yo extrañado, le dije que estaba bien. Le pregunté que era lo que le pasaba, y ella me dijo que nada, que sabía que no me importaba.
Se enojó conmigo porque no escribí ni una sola felicitación en ninguna de sus cuentas del hi5, ni del facebook, ni en su dichoso blog.
Nunca me he atrevido a decirle que es pésima escribiendo, por cierto, pero ¿qué importancia tenía todo eso?
Se lo dije, y me dijo que simplemente no lo podía creer.
Y me colgó.
Pensé que ya tenía suficiente adrenalina en las venas para aguantar otra tanda de golpes, así que le llamé a Alejandra para pedirle una explicación.
Me contestó cortante, dije lo que tenía que decirle y ella me dijo que era un ser despreciable, que cómo me atrevía a mandar ofensas escritas así. Eso era una burla.
Si tan sincero era ¿por qué no le dejé un mensaje en el MSN? ¿Por qué no le mandé ya MÏNIMO un mensaje de texto, o al tagged?
Le dije que no sabía que ocurría con el mundo.
¿Por qué todos estaban tan molestos por algo tan estúpido como esas redes sociales?
Solo mi madre me entendió Lucía.
Bueno, después de toda esta letanía.
¿Cómo te va a ti?

Me despido ahora porque tengo que darle de comer a mi perrito, y a jugar con él un rato, se ha sentido muy solo. He visto varias veces al camión de la perrera pasar por aquí, parece que todos están deshaciéndose de sus mascotas. No sé si habrá una epidemia o algo, pero ya van varios perros muertos que tiran en la esquina.
No sé, pero algo me dice que esos pobres animales murieron de abandono.

Parece que ya a nadie le conmueve nada que no tenga, al menos, un par de circuitos.

Te quiere tu amigo.
David.

Apuntes Personales sobre las Redes Sociales

La ídea de Facebook no es mala.

Una red donde personas que se conocen puedan mantener contacto a través de fotos, videos, mensajes y aplicaciones. Suena bastante bien.

Pero, ¿Cuál es el problema? ¿Por qué aplicaciones del tipo "Corazón de Gatito" tienen tanto éxito? ¿Realmente las personas son estúpidas por naturaleza?

¿Qué cromosoma les falló, para hacer test como "Qué estilo de perro callejero eres" ó "¿Qué taco eres?" (Nota: todos estos datos son REALES)


Facebook tiene un enorme poder de difusión, sabiéndolo aprovechar puedes lograr que miles de personas vean un mensaje en cuestión de horas; Al igual que Twitter, son medios de comunicación masiva que por primera vez se ponen al alcance de cualquier persona.

Sí, hay mucha libertad de expresión en México, el problema es que no hay espacios dónde ejercerla. Y twitter y facebook pueden ser utilizados para difundir mensajes importantes.

Es, ahora sí, el momento para que la gente tome control de la manera en que consume información, y aplique filtros efectivos para enterarse de las cosas más transparentemente.

Señores, no nomás se trata de ver las fotos de la chica a la que no conoces y agregaste a tus amigos sólo porque te gustó. Intentemos darle a las redes sociales un uso más inteligente

Mis amigos de carne y hueso.

"¿Qué haciendo?" Me pregunta Mr Cookiedough 
"Facebookeo ¿y tú?" Respondo yo.


Facebookeo, del verbo facebookear, porque para la gente que no tiene nada mejor que hacer, facebook y las demás redes sociales son una gran manera de llenar el día. En serio, te das cuenta de quien tiene una vida cuando ves qué tan seguido usa esas redes.


No vengo a describir todas y cada una de las redes como el ya inutilizado Hi-5, el inútil Twitter, el quitatiempo Facebook, Tumblr, Flickr, etcétera; ni para qué sirven, porque eso ya lo sabemos: Para perder tiempo y hacernos los importantes.


¿Qué tanto le va a importar a alguien saber lo que hacemos cada 5 minutos? 
Pues al parecer para algunos sí importa bastante, si no no existirían todas esas redes inútiles y adictivas y tanta gente que se la pasa en ellas. Como quienes twittean absolutamente TODO lo que hacen desde su BB (forma mamona y pretenciosa de llamarle a una BlackBerry)


"Voii tardisimoo al trabajo! ojala que no me regañeeen!!!" (Con todo y la ortografía de retrasado mental)
A ver, idiota; si tan tarde vas ¿Por qué diablos estás twitteando cada estupidez que haces? Mejor apúrate que te van a golpear.
"Xq se volvio tan impuntual mi madree? Ahhh! Siempre es lo mismooo!"
No lo escribas, a nadie le importa, mejor pregúntale a ella.
"Eso de q el día que no vas al gym, comas como puerco, creo q no está padre =S jejee"
[Los twitts utilizados son reales]


Sinceramente a nadie le importa lo que escriba la persona de arriba cuyo nombre no mencionaremos, sin embargo tiene a sus fieles 77 seguidores, que seguramente sólo le dieron Follow porque ella hizo lo mismo (Ajá, en estas cosas vales según los amigos/followers/comentarios/likes/loquesea que tengas)


Además de para nada, las redes sociales sirven para crear problemas. En su mayoría problemas entre novios.
Por culpa de algún Ugly Motherfucker que le escriba a tu novio/a ya crees que andan y cada vez que se tarda en responderte ese mensajito tan patético y meloso es porque está con la/el otra/o.
"¡Pero es que tú sí comentas todas las fotos de tu "amiguita" y las mías nunca!¡Eso demuestra lo poco que te importo!¡Se acabó, Jesús!"
 Malinterpretar todo, trollear a gente inocente, comentar altaneramente y hacer que las parejas terminen su relación. Oh sí.


Nos queda claro que las redes sociales realmente no sirven de nada, si es para comunicarse, existen los celulares, si es para "compartir" pues no seas flojo/a y visita a tus malditos amigos pretendiendo que te importan mientras silenciosamente los vivoreas.


Extraño los tiempos cuando teníamos amigos de carne y hueso.
Los dejo, casi-inexistentes lectores, debo ir a checar mi facebook.

Vale por un super combo (por 1 día más, ¡crece tu paquete!).

¿A qué se refieren exactamente con "comida rápida"?
Creo que depende de quien sea el depredador y quién la presa, ¿no?
Si alguien fuera a comerse a un cheetah, ¡ésa sería definitivamente una comida rápida!
Como siempre, ya basta de hablar del impacto socioeconómico y biológico de la comida rápida.
Vamos a entender ahora una sola cosa:

Si quitáramos al ser humano del planeta un ratito, y regresáramos la cinta unos cuantos millones de años descubriríamos que la vida en la Tierra se gobernaba a si misma con toda sabiduría.
Las poblaciones se controlaban con muertes justas y necesarias.
Los organismos con mutaciones dañinas eran simplemente eliminados, abandonados a su suerte por las manadas, marginados, como debe ser, para evitar la propagación del gen.
La naturaleza se encargaba de eliminar también los excedentes de población.
La vida está hecha de muerte, y la muerte hecha de vida.

Algunas culturas antiguas lo entendieron. Sabían que estaban allí de la misma manera que el resto, y sabían que no podían deshacerse, como hombres, del instinto de supervivencia, pero lucharon contra su egoísmo.
Ellos entendieron el poder del sacrificio, y de la guerra.

¿Te parecen una barbarie los sacrificios humanos? ¿La guerra?
Pues déjame decirte, que fue un modo efectivo de control de poblaciones, de búsqueda del equilibrio.
Si crees en el karma, llámalo karma, si no, solo créeme que todo en este universo va y viene, buscando el equilibrio. Es como un péndulo, sacrifica y obtendrás, obtén y en un rato tendrás que pagarlo.
Ellos pensaron en dar antes que en pedir, y por eso fueron capaces de desarrollarse con pocas perversiones.
(Decir que no las había sería contradictorio, puesto que no es posible que se termine con los generadores de caos, de otro modo la vida se paralizaría, entraría en letargo, se enfriaría y finalmente, desaparecería).

Ahora veamos qué está sucediendo.
Lucramos con la desgracia de los organismos que nacieron incompletos, los exhibimos como en el circo y pedimos misericordia en billetes a la sociedad.
Ahora producimos en serie, explotamos y esperamos que el planeta no nos golpee. Maldecimos a Dios cuando ocurre algún desastre natural y nos damos el lujo de preguntar "¿por qué a mí?"
Pues ¿por qué no?

Ya vamos llegando al punto.
La comida rápida, al igual que los alimentos transgénicos se generan con fines de consumo indiscriminado.
¿Para qué, jodido mundo, para qué seguir llenando estómagos?
No hay saciedad, solo es llenar estómagos y sobrevivir como sea.
Si la naturaleza no arroja suficientes frutos a la tierra para alimentar a una población. ¿No es esto signo de que la población ya no debe seguir creciendo?
Si no insistiéramos tanto, el hambre mataría a los que sobran, no habría sobrepoblación, contaminación, embotellamientos...
¿Te das cuenta?



(gracias por la espera, pase una buena noche, le atendió Monin)

Ahora, Júzgenme

Al principio todos pensaron que era contagioso.

La gente no lograba comprender por qué personas que no compartían nada perdían la razón. De pronto la ciudad se llenó de locos; locos en las calles, locos en los almacenes, locos, locos, locos.

Empezaron las suposiciones, las alarmas, los boletines. Curas predicaban el fin del mundo, noticieros recomendaban permanecer en casa, los comercios empezaron a cerrar.

La ciudad parecía otra, las calles, otrora bulliciosas, estaban ahora cubiertas de mierda, de lágrimas, de basura, de sangre, de polvo.

Debiste haberlos visto; los locos en las aceras afirmaban tener contacto directo con Dios, o haber hablado con los muertos. Y los pocos que quedábamos ya no sabíamos qué hacer, pues nunca sabrás cuando un loco piensa atacarte.

Curiosamente, los establecimientos de comida rápida parecían ser ajenos a ese maremágnum, las deslumbrantes luces de McDonald's, Burger King y todos ellos siempre estaban encendidas.

Y los clientes nunca faltaron, los fatalistas decían que era el capitalismo, que ni en el peor momento nos abandonaba, los escépticos, por su parte, lo atribuían a lo barato y "llenador" de sus alimentos.

Curiosamente, los locos parecían escasear en el campo, mucha gente empezó a huir de las infestadas ciudades, más aún cuando se demostró que el "virus" no era contagioso.

Fui yo el que empezó a atar cabos; el problema era algún factor citadino, algo que, a pesar del caos, persistía.

Tal vez era la comida rápida.

Sí, acepto que fue cruel tomar a ese vagabundo de conejillo de indias, pero era necesario, por el bien de la especie.

Yo lo obligué a comer comida rápida; es cierto. También es cierto que para el tercer día, el vagabundo era sólo un loco más.

Ahora, ustedes, representantes de la humanidad restante, júzgenme, porque también es cierto que, en el fondo, todos quedamos un poco locos...

Sobre comida sospechosa pero supuestamente deliciosa.

Hace algunos días estaba en una plaza, en la zona de comida rápida.
"¿Qué vas a comer?" Me preguntaron mis amigos. Yo recorrí el lugar con la mirada, tratando de encontrar algo digno de ser ingerido.
El 80% de todo eso era carne, pollo y más carne con más pollo lleno de grasa y aderezos condimentados que tapan arterias. Esto fue una dificultad para mí, puesto que yo soy vegetariana y no, no comería carne con pollo y más carne. Sí, ir a comer siempre ha sido ligeramente limitado para mí.


Comer nunca fue una de mis actividades favoritas, pero tenía mucha hambre, por suerte encontré un lugar donde abundaban las ensaladas. Yay.
Al menos encontré algo "sano".


Porque, sí, todos sabemos que la comida rápida es estúpidamente grasosa, tiene ingredientes sospechosos que preferimos no conocer (más si es comida china o algo así), probablemente hasta escupitajos tenga, pero what the hell, seguimos comprándola, porque es barata, rápida y deliciosa (Supongo yo, porque me limito a ensaladas y subways vegetarianos).


Pero sinceramente la comida rápida a pesar de ser un arma mortal, tal vez sí fue un buen invento. 
Imaginemos: Sales con tus amigos/novio(a)/mascota/zombie/familia/amigo imaginario y tienen hambre, mucha hambre, tanta que si no consiguen algo comestible rápido, se comerán la primera silla que encuentren en su camino.


Si entran a un restaurante, tardarán en asignarles una mesa, les darán comida sana después de media hora y tendrán que pagar más de lo que pagarían por comerse una silla.
Es más, ni siquiera tendrían que pagar por comer una silla, así que hasta ahora, es la opción más conveniente.


Pero oh! Alguien inventó la comida rápida, la grasosa, y barata comida.. rápida.
Así que se han salvado, ya no se romperán los dientes comiendo una silla (gratis) ahora podrán pagar por comida rápida.
La silla sigue sonando más convincente ¿no?. Pues por $14.99 más, podrás convertir tu comida insana y rápida en un combo insano y rápido con algún refresco engordante y frituras... fritas.


Ahora sí suena convincente ¿no?
Pues te acaban de robar, pagaste más porque te taparan las arterias de una manera rápida y "deliciosa". Debiste haber ingerido la silla, pero no, te dejaste llevar por una M gigante y luminosa o por un menú con imágenes. 
Pero meh, al menos tu comida grasosa no te deja sin dientes.


¡Que vivan las no-comestibles sillas!

Caballero

Entre las paredes de concreto, concreto y concreto (concreto^3) de la fría y gris ENCB, he perdido totalmente la costumbre de escribir ensayos sobre cualquier tema.
Me parece que éstos mis compatriotas han escrito ya bastante acerca de la Ciudad de México.
Que si tiene defectos, que si es maravillosa, que si es e nido del caos, la sobrepoblación, el metro, el calor, los monumentos, Reforma de Noche, las manifestaciones, el mal gobierno, la historia, los héroes, la tierra, las costumbres, el color, la alegría, las fiestas, los despilfarres, la escasez, la pobreza, los niños de la calle, los limpiaparabrisas, la educación, los noticieros, los ignorantes, las modas, las leyendas (coloniales y urbanas)...
Cada tema necesitaría entradas y entradas enteras y no terminaríamos de agotar las palabras.
Además, no me siento con ganas de debatir, estoy sometida a mucha presión y a punto estoy de explotar de estrés.
Terminaré esta semana relatando un cuento =)
Todas las niñas (o casi todas), a cierta edad, sueño con ser princesas. Y esta malvada idea se les injerta en la cabeza desde los cuentos, aquellos que sus padres les leen antes de dormir, o esos primeros libros a los que tienen acceso en la biblioteca del salón de clases, como los famosos "Libros del Rincón"; cuando han de aprender a leer solas.
Se ven al espejo y miran su cuerpo, sus manos, y suspiran y añoran llegar a ser altas y hermosas. Por supuesto que no se fijan en sus pieles. Porque acostumbradamente, las mujeres con la talla y la hermosura con que sueñan las niñas no tienen empero, la piel de éstas.
Vestir de rosa, maquillarse la cara cuando su madre no las ve, y desgastar el soporte de las zapatillas de tacón de aguja... actividades dedicadas plenamente a la realización de uno de los proyectos más grandes de toda niña: ser una verdadera princesa.
Después, toman un vestido amplio (de preferencia floreado), y un cassette de la repisa lleno de waltzes para girar ensoñadas. Cuando llega el cansancio, cambian de cassette y se ponen a escuchar a Gabilondo Soler para alimentarse los sueños con su voz y sus historias.
Al caer la noche imaginan paseos a caballo al lado de su príncipe caballero, aquél que atrajo su mirada desde el primer momento y que después de un montón de peripecias, una batalla decisiva o una travesía enorme, pudo ganar su corazón y así el derecho de obtener su mano en sagrado matrimonio, para después vivir felices para siempre, sin que lo que sucede después tenga importancia.
Eso lo sabemos todas.
Y claro, nos dejamos llevar por las formas de las viejas princesas europeas que Walt Disney en su afán conquistador nos inyectó en la conciencia, aprovechándose de nuestra inocencia y nuestra increíble capacidad de aprender (entiéndase, absorber como esponjas).
Pero ¿Qué sabemos de los niños?
Yo no lo sé a ciencia cierta, sólo me sé la historia de uno, que no soñaba con ser un príncipe, sino un caballero.
Su infancia también llegó a su fin habiendo seguido el camino correcto: imaginación.
De pequeño aprendió a usar el arco y la flecha y a manejarse de manera excelente con la espada, el escudo y cargando una enorme cota de malla (hecha de toallas y un par de lazos). Y una vez transcurrido aquel periodo doloroso y confuso que es la pubertad, supo que necesitaba aprender a amar la belleza y a respetarla,- pues un verdadero caballero-se decía-deberá ser sensible, culto, fuerte, valiente y todo eso- ¡bendito él que nunca se olvidó de enlistar el "todo eso"!
Le gustaban las revistas de ciencia, y los libros de cuentos, y las novelas.
También le gustaba la historia, en el transcurso de su vida y después de haber manoseado con fervor unas cuantas decenas de libros supo que no había historia más apasionante que la de su México Tenochtitlán.
Pasado el trauma de los príncipes europeos, el chico abandonó las espadas adornadas en una bodega bien segura dentro de su mente, y las sustituyó por cuchillos de obsidiana, "maquahuitles" (una especie de porras grandes de madera con dientes de obsidiana), escudos emplumados y tambores de guerra.
Sabía que le sería difícil encontrar a una verdadera princesa azteca, y más difícil todavía le sería conquistarla, pues él sabía tenía que templarse el espíritu, y poner la causa, y su patria por encima de su vida, y sentir que su sangre pertenecía a la tierra, que ya le llamaba cada día, a cada paso que daba bajo el Sol impetuoso de la plancha del Zócalo.

Los días pasaron, y el chico creció todavía más.
Descubrió que todas las chicas a cierta edad soñaron con llegar a ser verdaderas princesas, y muy pronto se convenció de que ninguna lo había logrado.
Después de varios rechazos y decepciones amorosas decidió que era momento dejar de buscar.
Pero él seguía dispuesto a ser un caballero, así que tomó sus libros de historia y se puso a leer.

Por aquellas fechas se escuchó que los estados de Chihuahua, Y Baja California habían decidido independizarse.
El desempleo y la inseguridad habían terminado con la identidad de la mitad del país. Guiados por el instinto de supervivencia accedieron a deslindarse de este país medio en ruinas, cuasi tercermundista y buscaron amparo con el Vecino del Norte: Los Estados Unidos de Norteamérica.
Desde entonces habían estallado revueltas en diversas partes de la ciudad, a diario amanecían muertos y desaparecían personas.
Los partidos políticos salían a las calles con el revólver en la mano, asesinándose los unos a los otros a plena luz del día, asesinándose entre familias.
Los jóvenes nunca dejaron de quejarse, pero ninguno estaba acostumbrado a hacer nada, hacían falta verdaderos líderes, y hacían falta mexicanos.
Hacía varios años que surgió una "raza" de jóvenes que decidieron abrir los ojos a lo que estaba pasando, que comenzaron a alzar la voz, pero estaban siempre bien separados los unos de los otros, maniatados al fin. Algunos por motivos económicos, otros, por problemas familiares, y otros tantos, rechazados por la nueva horda de primates mediocres, sin estudios y sin trabajo, malinchistas, racistas y valemadristas.
Cada vez resultaba más difícil salir a las calles, finalmente, las escuelas cerraron y solo se permitía a los civiles salir a determinadas horas, con un puñado de soldados armados hasta los dientes apostados en cada esquina.
Los servicios de luz, agua, gas, habían colapsado.
Solo las empresas extranjeras seguían trabajando. La Ciudad de México parecía estarse hundiendo.
Se sentía más que nunca el peso de la gran ciudad sobre los mantos acuíferos. Podía percibirse en el ambiente que tarde o temprano todos se irían hasta el fondo.

-Caballero, aquí tienes tu princesa, es la patria que clama auxilio. Es ella quien te pide que la salves, se dijo.

Salió de su casa, con los gritos de su madre golpeándole la espalda.

-No te tardes.

El niño que una vez soñó con ser caballero caminaba sin rumbo, por el frente de Bellas Artes, cuando un estruendo acompañado de una nube de humo blanco y gritos desesperados le obligaron a soltar el libro y correr para alejarse lo más posible de la masa de gente que se aproximaba corriendo enloquecida de todas direcciones.
Enmedio de la confusión se encontró con varios compañeros suyos, de la misma institución donde estudiaba.
Pronto se encontraron llegando al Hemiciclo.

-¿Qué sucedió?- preguntó al chico que intentaba, casi en vano, recuperar la respiración junto a él.
-¿Que no sabes?- han volado la Cámara de Diputados, esto es la guerra- dijo entre jadeos desesperados.
Otro chico se acercó.
-Tiraste tu libro, hermano.
-Gracias, ¿y ahora qué?
Ahora nos queda decidir. Muchas colonias están incomunicadas, el metro ha sido tomado y los Cero Emisiones entraron en paro.
No se de dónde salió tanta gente tan de repente.
Yo solo estaba esperando, ya no nos damos abasto con tantas manifestaciones, con el desempleo, con todo lo que tú ya sabes y que es inútil mencionar ahora, porque ahora ya no nos queda nada. Nos unimos y morimos, o morimos con los brazos cruzados.

Se ha alzado un Hidalgo enmedio del pueblo, tiene apenas 30 años, es narcotraficante, pero el pueblo lo sigue.
EL ejército está por todos lados. Ahora mismo piensen que ya no tienen más familia que aquellos hermanos que estén a menos de 5 metros de distancia.

--Caballeros, aquí está su princesa, es la patria que clama auxilio. Es ella quien pide a gritos que la salven.

La Ciudad De Los Corazones Rotos

No nos une el amor; sino el espanto
Será por eso que la quiero tanto
Borges en "Fervor de Buenos Aires"

La Ciudad de México y sus millones de habitantes mantienen una relación especial; todo el mundo se queja de ella, pero nadie se va, debe ser por algo.

Desde la fastuosa ciudad prehispánica hasta la desgastada metrópoli actual. La Ciudad ha sufrido cambios enormes, pero ha conservado la misma esencia. El mismo sentido de pertenencia que hace que tantos chilangos nos sintamos tan orgullosos de nuestro lugar de procedencia.

Su clima ejemplar, su oferta gastrnonómica, su (relativamente) barato estilo de vida y la calidez de su gente han contribuido a la imágen que tiene el provinciano sobre la Ciudad de México, pero todos los chilangos somos raza aparte.

No me imagino viviendo en ninguna otra parte, lugares como Coyoacán, la Condesa, Zona Rosa, Polanco, San Angel, la Roma y otras colonias hacen de la nuestra una ciudad de inagotable interés.

Porque, como dice el dicho, "Fuera de México, Todo es Cuautitlán"

Si, usé un verso de un argentino para iniciar mi artículo sobre el DF, ¿Y?

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            

If you make it here...

Hace unos cuantos días, cuando Solennon me abordó por MSN para decirme que el tema de la semana iba a ser "Ciudad de México", yo pensé que todo pintaba bien.
Digo, hubiera preferido escribir sobre Nueva York, o Londres, o Arequipa, o Panamá, o alguna otra ciudad primermundista que me permitiera desempolvar mis capacidades wikipedescas que han quedado un poco oxidadas desde que dejé de ir a la escuela...

Con la ciudad de México, en cambio, yo puedo hablar de la experiencia propia, en lugar de copiar el texto íntegro de alguna página de internet.
Y es que durante toda mi vida, he tenido la suerte/desgracia de estar atrapado en esta ciudad.

Obviamente amo quejarme de todas sus cosas malas (en especial del idiota de Marcelo, que le está dando en la madre a la mejor colonia de la apestosa urbe), pero a fin de cuentas, soy un chilango hecho y derecho.

Alimentarme de tacos al pastor mientras respiro el fresco aire grisáceo y pesado, ha hecho que a lo largo de los años yo haya podido generar un sistema inmunológico envidiable para todos los otros pueblos del planeta (excepto para los pinches chinos culeros)

Torear coches en vías de alta velocidad, padecer de los temblores imaginarios provocados por los camiones de doble semi-remolque, y andar por las calles cuidando mis espaldas de los múltiples rateros; han hecho que yo genere unos reflejos comparables con los de un ninja.
Sólo que soy un ninja capaz de sobrevivir en las condiciones más piteras posibles.

Una vida entera de sobrellevar las condiciones de una ciudad tremendamente poblada, clasicista y ruidosa; me ha convertido en mejor persona.


Es por eso que ahora ya no podría irme de aquí.
Una vez que vives en el D.F. por un largo número de años, te vuelves alérgico a la provincia.

Después de vivir aquí, ¿quién querría irse a algún apestoso pueblo platanero?
Seamos realistas, por más que nos digan que existen ciudades "grandes" en provincia, como Querétaro o Guadalajara; los que hemos estado en la ciudad de México por un largo rato, sabemos que sólo el D.F. puede considerarse "ciudad"
Todo lo demás va desde "pueblucho" hasta "pueblote"

No es que yo sea discriminatorio, pero cada vez que voy a provincia, me pregunto cuánto tiempo va a pasar antes de que alguien me pida ordeñar una cabra.
Claro, ellos están muy orgullosos con sus 2 cines, y su Oxxo recién inaugurado; pero después de haber nacido y crecido como chilango, uno espera mucho más.

Creo que eso es lo triste del asunto...
Tal vez tenga un estómago sumamente resistente, unos pulmones de acero, unos oídos envidiables, y una cartera inmune a los asaltos; pero mi capacidad de sorprenderme con la llegada del primer Starbucks a una "ciudad", ha desaparecido completamente.

Títulos que no tienen nada que ver con el post.

Melón.
La palabra perfecta para describir a la Ciudad de México, porque... en la Ciudad de México venden melones.


No, ya en serio ¿Qué diablos es la ciudad de México? Podría decir que depende del cristal con que se mire, que puede ser delincuencia y cultura a la vez, colores y festividades, desempleo y guajolotas; pero entonces terminaría haciendo un post aburrido, largo y tedioso, porque todo eso está choteadísimo, ya lo sabemos y sí.. sería aburrido.


Pero en realidad México es como cualquier otra ciudad si lo vemos fríamente, sólo que lo que la cambia es la gente, porque es típico de ésta ciudad eso de los puestos en cada esquina, el estúpido, estúpido tráfico, mentadas de madre con el claxon, que te chiflen en la calle, y oh sí, los asaltos. 


Creo que a todos nos choca no poder comprar ni un buen carro por el hecho de que a las 2 semanas te lo van a robar o probablemente te secuestren, bah, creo que le ponemos demasiado fácil a las personas conseguir nuestra información, sí, los mexicanos somos algo estúpidos.


No sirve de nada decir que es una de las ciudades más pobladas del mundo y eso, porque más que nada es notorio y estresante, además de que cada vez se llena más de chinos, japoneses y esas razas extraterrestres que nos invaden (sin ofender). En serio, es realmente estresante que esté tan llena de gente estúpida, con el metro repleto de personas que se comportan como animales. ¿En serio? ¿Estás empujando a la señora de adelante a ver si entre toda la gente tu también puedes pasar al vagón del metro? Espera a ver si al siguiente te dejan pasar, idiota. Pero oh, soy primero yo, luego yo y después yo. No vas a dejar pasar a nadie y nadie te va a dejar pasar, porque somos demasiado ególatras como para pensar un poquito. 


Además de ególatras, hipócritas, siendo de la ciudad de México cuando nos conviene.
"Si, yo estoy en la ciudad, la civilización, el lugar donde todo pasa, no cambiaría esto por nada"
"La ciudad de México apesta, aquí nunca pasa nada, es sumamente aburrida"
"Las personas más hábiles salen de la ciudad de México"
"De la ciudad de México sale puro delincuente"


Bah, estúpidos e hipócritas, pero bueno, ni que hacer supongo; como dirá la gente resignada "Aquí nos tocó vivir"
Nada de esto tuvo sentido, porque esto es todo y nada.


...Y entonces todos murieron.